De las bondades del capitalismo

Hay una cosa que me encanta del capitalismo y es su mano invisible, esa que ayuda a todos y reparte los bienes sin la intervención de ningún agente indeseable como el gobierno (intervención al paredón).

Aunque no os lo creáis yo estaba hastiado del capitalismo, pensando como un bobo que las empresas lo dominaban todo y que eso de privatizar las ganancias y compartir amablemente las pérdidas con la plebe era una táctica digna la mismísima edad media con clases sociales y esas cosas, ricos contra pobres, ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres.... pero la mano invisible me lo aclaró todo, veámosla.

El capitalismo para aquel necio que lo ignore es un sistema económico, el mejor hasta la fecha ya que es el que ha prevalecido, pura evolución de un meme, si señor, que se basa en un simple concepto que estaréis hasta las narices de oírlo, la oferta y la demanda, pongamos un sencillo ejemplo.

Pedro y Juan tienen una heladería cada uno, Pedro vende helados a 5 euros y Juan los vende a 10 euracos (vaya tela con Juan) y el mercado se reparte de manera que el 60% de los clientes van a Pedro por sus precios económicos y un 40% van a Juan por su increíble calidad. Es lo bueno de este sistema, hay oferta y demanda, la gente decide que quiere y así se fortalece el que mejor oferta tiene de lo que la gente demanda.

La cosa podría quedarse así pero por ejemplo Juan podría decidir ser un poco más competitivo, osea mejorar su oferta (demanda ya sabe que tiene) podría bajar su precio a 8 euros, pero como Juan es un poco listo iguala el precio de Pedro y pone sus increíblemente ricos helados al mismo precio que el menos hábil Pedro. Con lo que ahora el 90% de los clientes irán a Juan y el 10% a Pedro (por que no he puesto todos con Juan os preguntareis, pues porque en la vida real existen los amigos y una cosa llamada gusto, y para gusto los colores) Así que si Pedro quiere ser competitivo tiene que o bien mejorar su producto que en este caso no sabe o bajar el precio, reduciendo sus ya pingües ganancias. Así que Pedro baja a 3 euros, ya que si baja más no le saldría rentable, recuperando un 20% más de clientes, pero entonces Juan baja el precio otra vez igualándoselo. Entonces Pedro se va a la ruina por no saber mantener una oferta adecuada a los consumidores, entonces Juan todo contento ya puede poner los helados a 15 euros que era lo que quería desde un principio ya que nadie se le opone, eso sí como es listo lo subirá de a pocos, inventándose problemas con la leche o el distribuidor o especulando en el mercado... pero sabemos que en la vida real este ejemplo no pasa, ninguna cadena más grande se aprovecha de su ventaja para acabar con pequeños competidores, además las leyes antimonopolio impiden eficazmente que las grandes empresas se queden con todo, y todos sabemos que nadie especularía con cosas básicas para la vida, como los cereales, la leche, la vivienda o recursos energéticos.


Pero bueno que me enrollo y no os cuento lo de la mano invisible. ¿Preparados?, pues se basa en que como la gente tiene demanda de muchas cosas distintas y que el mercado creará una oferta entonces los recursos se autoregularán llegando a una justicia social. ¡No es genial!, como ya he demostrado arriba, como el mercado es inerentemente justo y hay medidas legales y morales para tenerlo controlado, nada, repito nada puede salir mal.

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Ahora vivimos en el país de la piruleta, en la calle de la golosina.... Por cierto, intentaba ser sarcástico.