Daltonismo selectivo

Imagínense que están conduciendo, acto hipotético en el caso de este escriba (no quiero comentarios al respecto), y conduciendo en un día con prisas y agetréos está llegando a un semáforo y cambia de verde a ámbar, y claro uno debería parar, pero lo normal es pegar un acelerón para pasar (eso son dos puntazos menos).

Y claro en algún momento del día acabas comentando tu proeza automovilística, describiendo con todo lujo de detalles, y emoción en la voz, como conseguiste gracias a un preciso y potente acelerón pasar un semáforo que sin duda te hubiese retenido 3 o 4 minutos máximo.

Al describir este hecho hay 3 variantes, los que dicen que pasaron en ámbar, los que pasaron en amarillo, y los que pasaron en naranja.

Bien, este hecho aparentemente anecdótico esconde una verdad subyacente del ser humano que si fuera realmente comprendida nos ayudaría a evolucionar como especie y como personas (esta frase siempre me atrajo por el absurdo pero profundo significado que encierra).

Bien para aquel que todavía lo que intento expresar sea un misterio creo que puedo explicarlo de la siguiente manera, todo el mundo percibe el mundo de manera distinta que los otros.

"Pues vaya chorrada, eso ya lo sabía yo" pensará mas de uno (todos esta vez), cierto es algo que todo el mundo sabe, pero que ciertamente nadie piensa. "¡¿WTF?!" o en roman paladino, "pero que cojones estás diciendo".

Hasta el más común de los mortales sabe que cada persona percibe el mundo de manera diferente y única a los demás, tanto es así que si un grupo de personas presencia un evento habrá tantos relatos diferentes como personas que lo presenciasen. Además las historias cambiarán con el tiempo ya que nuestro cerebro irá "borrando" las partes que no considere importantes y además nuevos recuerdos ficticios se mezclarán con los propios si nos relatan o leemos los testimonios de los demás concurrentes o simplemente al relatarlo nosotros mismos, ya que nuestro cerebro tomará como propios esos recuerdos, aunque ni siquiera nos fijásemos en ese momento en esos detalles, viéndolos luego con todo lujo de detalles y haciéndolos tan nuestros como si hubiésemos estado en todos los puntos y ángulos de la escena donde hubiese un espectador, incluso si esos recuerdos no son reales o estén corruptos.

Pero esto va más allá, pues incluso lo que uno percibe es retenido en nuestras conexiones neuronales de manera diferente, dependiendo de todo un conjunto de emociones, dependiendo si lo que vemos nos agrada, nos desagrada o nos da igual, incluso también depende de nuestro grado de ánimo, prestándole más atención o menos. Eso sí algo que no hubíesemos visto nunca, algo que nos impacte, nunca nos dejará indiferentes (hecho del que se aprovechan los publicistas y cineastas y muchos otros).

Muchos seguirán pensando que ya lo sabían, pero insisto, no se suele pensar en ello, y si no para muestra un botón:


En un partido de baloncesto se comete una falta de pasos. La pita el árbitro (no como en China) y los seguidores del equipo del jugador chillan encolerizados que tongo y no se cuantas cosas más, mientras que los del otro equipo se jactan y ríen de los lloriqueos de los coléricos aficionados rivales. Esta escena común en nuestros días nos puede mostrar la variedad de visiones y como nuestros cerebros cambian nuestra propia realidad personal e individual para adaptarla a lo que queremos (proceso explicado en los párrafos a partir del quinto, incluido, del sentido de la vida..). Al cabo de unos días los que estuviesen en el partido pero no estuvieran prestando atención sin duda se dejarán llevar por los colores de su equipo y afirmarán que "estuvieron en el partido y que ""vieron"" como se cometió o no pasos" mientras que los que realmente lo vieron y sean forofos se dejarán llevar por los colores de su equipo y afirmarán lo mismo que los anteriores, solo aquellos que estuviesen por obligación como parejas acompañantes (si saben de ese deporte) serán los únicos que puedan retener un ápice de verdad, incluso llegando a discutir con sus parejas sobre lo sucedido, haciendo de esa discusión una en la que el hambre en el mundo parezca un simple mosquito agonizante en un charco de agua.

Muchos seguirán pensando que no estoy diciendo nada nuevo y... ese es el problema, que no es nada nuevo, pero es algo que la gente suele olvidar en todas las discusiones que tienen con los demás, cuanto más enfervorizada si ambos presenciaron los mismos hechos.

¿Qué pasa si además percibimos de verdad el mundo de manera diferente?, se que tampoco es nada nuevo (bueno para los que proclaman que somos todos iguales no, pero igual se tendrían que dar una vuelta y ver más mundo), ya que sabemos que por ejemplo hombres y mujeres (perfecto ejemplo de simbiosis interespecies) ven el mundo de manera muy diferente, ya que los hombres se fijan más en unas cosas y las mujeres en otras, pero también dependiendo de la evolución individual y experiencias personales, cada persona se fija más en unos detalles que en otros, habrá gente que cuando le presenten a alguien se fijará mucho en las expresiones de la cara, otras en el lenguaje corporal que transmite, otros en el vestuario, otros en los atributos físicos, otros en los mentales et caétera et caétera et caétera y algún privilegiado en más de dos o en todas a la vez (quién se fijará en todos, quién será será....)

¿Pero a donde pretendo llegar? eso es algo ignoto para mi mismo, pero confío en mi capacidad para improvisar y salir airoso de este lío en el que me he metido yo solito.

Cuando hablamos con alguien y compartimos nuestro punto de vista, en realidad siempre esperamos que la otra persona vea el mundo igual que nosotros, de hecho cuando alguien nos lleva la contraria nos enfadamos, automáticamente (aunque solo sea un poco, puede manifestarse en decepción o simple y llano cabreo), si no es alguien al que respetamos o somos increiblemente pacientes, razón por la que no todo el mundo vale para enseñar, pues nos cabrea lo mismo que nos contradigan que que no nos entiendan, razón también por la cual muchas mujeres dejan a sus parejas, las cuales no tienen la culpa, ya que nunca podrán ver el mundo como ellas, solo haciendo gala de un ejercicio de empatía sin parangón podrían llegar a imaginar lo que le pasa a una munjer, mientras que un hombre ya da por sentado que una mujer no le va a comprender (al principio de la relación los dos creen que "esa persona especial" la comprende pero símplemente es un proceso hormonal que hace que realmente no pensemos y nos hace sentir muy bien en la presencia de esa persona por lo que le atribuimos todas las virtudes del mundo, al final si cuando cae el telón hormonal no es verdad que esa persona es lo que nos hemos inventado/imaginado, es cuando vienen los llantos y quebrantos, o en los peores casos pretendemos seguir con esa persona pensando que volverá a ser de esa manera), va a ser muy empática pero igualmente nunca podrá comprender completamente a un hombre y viceversa, pero eso ya lo he dicho...

Evidentemente si cuando hablamos con alguien utilizásemos un poco de "42" seríamos perfectos, pero como no conseguimos evolucionar (como los personajes de héroes, que buena la tercera temporada) nos quedamos en estas carcasas imperfectas llenos de prejuicios y vanidades, pues al fin y al cabo todos creemos que todo gira entorno a nuestra vida, viendo asombrosas coincidencias en hechos puramente anecdóticos y estadísticos, y discutiendo amargamente por tonterías como si el color de una luz de un semáforo es naranja o amarilla, cuano todo el mundo sabe que es ámbar y he ahí la raíz de nuestros males, que es un color que tiene muchas lecturas pues como todos sabeis los colores del ámbar son ocho: amarillo (el más común), naranja (cognac), rojo (cherry), blanco, café (cajeta), verde azuloso y "negro" o musgo (tonos obscuros de otros colores) que son menos frecuentes que el amarillo. De estos colores se desprende una amplia gama de tonalidades (copy paste de la wikipedia, loada sea).

Como se puede observar al escoger el color proviniente de esta resina paleogénica solo puede sembrar la duda en nuestros, ya de por si defectuosos cerebros, puesto que cada uno verá la variante que más se aproxime a lo que sus bastoncillos y conos oculares le dejen.

Por cierto el que inventó el amarillo auto estaba de coña, es naranja y no me cambian de opinión ni a cañonazos, no pienso ser empático en esa discusión (mierda me quité toda la razón ;-)).